domingo, 1 de abril de 2012

Sobre el canto del Gallo

"Sabe que siempre estás ahí, y que eres una mujer muy liberal, y lo importante que eres para mí". Tu respuesta a mi pregunta "¿Qué opina de mí tu novia ?" de entrada no me deja muy tranquila. Pero en el camino de regreso, después de una buena noche de fiesta como sólo sabemos hacerla juntos, me sentí feliz. A lo mejor era una felicidad fácil, J y yo escuchábamos a Queen mientras pasábamos por ese punto de la carretera en el que siempre agradezco a Dios el no haberte dejado muerto hace casi dos años. You're my best friend... Pero sé que esa sonrisa nació a una hora más temprana de la noche.


Hace exactamente un año me quejaba tristemente. "Él está aquí y no me ha llamado". Mi mamá trató de consolarme con una de esas frases que hacen todo lo contrario "es que tus amigos ya tienen parejas serias, y no es un secreto que tú eres una niña muy liberal". De un año para acá no he dejado de ser "liberal" (yo leo "putona" en esta frase pero hace mucho que no me importa que el querer ser un niño más de la banda siempre se haya interpretado mal), lo que ha cambiado quizá es que el año pasado me decían "niña" y tú hoy me llamaste "mujer".

Si no fueras mujer, fueras mi amigo... dos cervezas heladas, una cajetilla de cigarros y una mezcla homogénea de pellizcos, zapes, risas y abrazos. Y el eterno secreto al oído. El mismo, siempre el mismo secreto que nos hace sonreír, cómplices, provocando las miradas burlonas e interrogantes de la eventual comitiva. ¿Qué vergas dices?

Tú en ningún momento dejaste de aferrarte a mi cintura ni de decirme al oído nuestro secreto. Te lo he agradecido en mis noches menos gloriosas, mi confianza en mí misma se ha cimentado desde siempre en tu lealtad. Pienso en lo que significas para J mientras me dice que podría manejar los 15 kilómetros que separan tu casa de la nuestra con los ojos cerrados. Él no es mujer, y te agradezco también el haber sido como su hermano mayor. Lo quiero tanto que nuestro lazo de sangre es casi tan fuerte como el que tengo contigo. 

Llegamos a la casa y está saliendo el sol. Son las siete de la mañana y mientras cierro las persianas escucho cantar al gallo, que se me antoja imaginar disfrazado de Freddy Mercury. El gallo anuncia siempre que ya viene el día, que la noche termina, que voy a ver la luz y a sentir de nuevo el calor en mi cuerpo.

Whenever this world is cruel to me (...) You're my sunshine...


2 comentarios:

  1. wow♥
    si fue una de tus experiencias que valiente al publicarlo y redactarlo tan perfectamente.
    y si es tu creación que mente tan brillante tienes :)
    un saludo y grandioso blog.

    ResponderEliminar
  2. jaja es solo una carta a mi mejor amigo después de una buena noche de fiesta. Gracias por leerme :)

    ResponderEliminar

Pregunta, critica, opina... todo menos hacerme sentir que hablo sola. ¡Hey! zaz, creo que sí hablo sola...