sábado, 28 de diciembre de 2013

Frascos flotantes (DIY)

Cómo aprovechar las repisas también por abajo


Antes de que me digan que ya nunca posteo, ya lo sé. En estos meses por fin logré cambiarme de casa, mi nuevo depa me gusta mucho, sobre todo porque tiene cocina, yei! Mi papá me ayudó a cambiar los muebles y poco a poco he ido llenando los espacios, aunque todavía me falta mucho.

Mi casera es Alba, la suegra de mi hermana, y desde que me enseñó el depa me presumió este mueble muy padre que tiene la cocina, en el que "iba a poder guardar todas mis especias". No contaba con la astucia de mi amigo Marck, que me trae especias de todo el planeta y así pos no me cabe. 

Sé lo que piensan de mi póster, me lo regaló el Dee :D


Así que ahora que estoy en plena organización postnavideña porque me regalaron un montón de cosas para la cocina, decidí usar también el espacio abajo del famoso mueble, cómo no. Se trata solamente de clavar tapas de frascos abajo para luego enroscarlos ahí.

Primero abre el hoyo en la tapa con el clavo, porque clavar de cabeza es incómodo y los primeros golpes sólo estarán abriendo la tapa. Yo le puse dos porque mis frascos son de boca muy ancha.


No claves las tapas a lo loco como yo, fíjate dejar espacio para que los frascos no peguen entre sí o con la pared y para poder desenroscarlos fácilmente. Por ahora puse sólo cinco pero confío en que Marck me haga poner más pronto :D

¡Tarán!


Mis frascos son fancy porque los compré para el regalo de Navidad de Pau y para hacer mermeladas, pero pueden usar los que les sobren de salsas o de comida para bebés. También funciona bien en el escritorio para guardar material para manualidades, o en el cuarto o baño para pasadores, cotonetes, algodón... 

Yei! soy feliz :D


miércoles, 24 de julio de 2013

Ficción perrona II

El cuadro es de Luis Safa. Soy su fan.


No les mentiré, me quedé picada con la Ficción perrona del otro día ¿o me volví adicta al olor a plumón?  Tuve que ir pegando las hojas en la pared para decidir el orden. El caso es que ya salió el segundo capítulo. Si no leyeron el primero pueden leerlo aquí. Estábamos en que la mujercita esta se volvió loca...



La paz ya no existía. Aparecía cerrada, arrogante, sin ilusión. Vivía en el mar, era otra ahora.


Allí, la pequeña, expuesta al fuego de un soldado, lo rechaza un segundo. En su interior el fuego era tan intenso que se ensañó y, arrojados sobre los escollos, se perdieron al fin con una maravillosa energía.


Cogió bien, y se reconocía libre. Sin embargo, fertilizarla era una labor difícil: hostil, se rebelaba con una trágica advertencia: nunca sería la pequeña del pasado.


Lo abandona finalmente para impedir encuentros dramáticos. Una vez más salió para coger donde fuera. No le ofrecía ninguna esperanza entre ellos pero quedó entre sus manos, que lo incendiaron. Sufrió sobre ella con el palo roto.


Aguantó sola el peso y salió exhausta. De nuevo su alma, apasionada, interminable, dejó de inquietarse. Se contentaría con la feliz indiferencia.


Podía ser funesta ella sola frente a los hombres, y había alcanzado su desquite incluso casi entera.


Continuará... (maldita sea, debería de ponerme a trabajar).

martes, 23 de julio de 2013

Funda intelectual para la tablet (tutorial)




He tenido un poco de tiempo libre y como ahora soy adicta a Pinterest, y en la Casa del teatro me regalaron varios libros ya muy maltratados que usé para hacer manualidades, (lo que explica la loquera de la ficción perrona). Esta funda para tablet con la pasta de un libro viejo es uno de mis preferidos. Creo que las fotos son bastante ilustrativas, vean:


Primero le quité las hojas al libro con un cutter. Si les duele hacerlo intenten cualquier libro de Paulo Coelho o de Kerouac, para eso son.


Luego le pegué por dentro un papel contact lindo, le pueden poner tela también.


Corté dos piezas con la forma y el tamaño exactos de mi tablet de un mantel individual de esos que son como de hule, me costó 12 pesos.


 A una de estas piezas le pegué con un  pegamento muy fuerte un trozo de resorte en cada esquina, debe de estar muy bien pegado.


Luego lo pegué dentro de la pasta del libro y pegué el otro exactamente enfrente, para que proteja la pantalla cuando lo cierre.



Fancy, ¿no? :) Me pueden seguir en Pinterest si quieren. Sólo si quieren, jaja.

jueves, 18 de julio de 2013

Vuelve la loquera

Llevaba meses sin poner al día este blog, pero hoy, que tenía mucho que hacer, vi este post en Letroactivos y muy irresponsablemente dejé de lado mi trabajo, tomé un plumón y un libro de historia de Venecia que se deshojaba de sólo verlo y puse manos a la obra. Horas después tengo este pequeño esbozo de historia pegado en mi pared y mucho trabajo acumulado. Lo titulo Ficción perrona. ¿Qué les parece?


JUEGOS. El juego constituía el silencio y el amor, convertido en una pasión, una forma de existencia: la certidumbre de sufrir lo imprevisible y sin duda una enorme apuesta, un juego fascinante.


Tras un café, no había un miembro cubierto. Deseaban jugar abiertamente a los extraños, se fundían osando posturas y complejas combinaciones. Eran poco ostensibles pero no podían cerrarse los ojos.


Entre ellos, en efecto, sobre el pecho ardiente el amor era nulo. Convertido en ricas fornicationes.


Tras un encuentro muy breve, sola, con los temores y mil mensajes personales de Europa, vivía por el retorno de Marcos, a sus pies. Para permanecer, por lo menos, lejos.


Semejante a sí misma, siempre fue anfibia. La recorrían ellos, los marineros, y escribía sobre el agua.


Se entregó a mil hombres que la penetraron en una noche y en desorden.


Había logrado conservar relaciones pero no estaba dispuesta a que otro la protegiera. Insistía en permanecer ajena. Acrecentaron los temores de hallarse comprometida. Pese a que le rogaban, debía sufrir.



Con la esperanza de castigar hombres seriamente decidió su huida. Empezaba dramáticamente la destrucción.


CONTINUARÁ...