Hace unas semanas le escribí a mi banda de amigas bloggers para proponerles que todas publicáramos el día 20 algún post con el mismo tema: la lavanda. Escogí ese tema por dos razones: la primera es que suena como "la banda" y eso es precisamente eso es lo que quiero formar con ellas; la segunda es que acababa de comprar una maceta de dicha planta para mí y una para Pau en el tianguis.
Mi idea era publicar en @Pola_Cocina_Asi la receta de la limonada de lavanda, de verdad la bebida más refrescante que conozco. No contaba con pasar semanas sin tener dinero siquiera para comprar limones #fail. Tampoco contaba con que mi vida daría tres vueltas locas en esos días. Sí, regresó Dexter, y aunque les dije que en un principio no había corrido a sus brazos, al final terminé saliendo con él en un corto viaje que resultó el último y más espectacular capítulo de aquella Odisea. Entre tanto también decidí renunciar del trabajo ese en que no me pagaban a tiempo, con muy buen tino pues en una semana encontré otro que me queda como anillo al dedo. La tercera les va a parecer una estupidez, pero menos de 24 horas después de dejar a Dexter haciendo corajes en un hotel, por primera vez en un año salí con alguien más. No, no escucho campanitas a lo lejos, no mamen, pero fue un gran paso el recordar que antes eran los hombres los que me tenían miedo a mí.
En cierta manera con lo que sí contaba era con que las demás integrantes de la banda se hicieran igual de mensas que yo. Y resultó que no. @polinasanti publicó una receta para llorar de antojo en Del Amor y otras verduras, @lamardelsur una entrada en Marluz que terminó de convencerme de que somos gemelas emocionales y hasta @Soy_Tino se apareció por De Colita gris con una manualidad a la cual no le dio tiempo de sacarle fotos. Val, la muy perfecta, hizo salmón a la lavanda, ya lo quiero probar.
Yo me senté a meditar un rato sobre lo que tengo, lo que perdí, y lo que nunca tuve.
La lavanda es una planta muy contradictoria. Sirve como relajante y a la vez como tonificante. Su color es suave, su olor fuerte. Necesita mucho sol, pero se seca fácilmente. La solución no es el agua, ya que si su tierra está demasiado húmeda se le pudren las raíces. Se antoja morder los jabones de lavanda mientras que los dulces de lavanda saben a perfume. Supongo que toda esta descripción serviría para hablar también de mi corazón. Contradictoria, casi bipolar, necesito salir de nuevo a la luz, pero con cuidado.
No sé todavía qué sentir. He decidido que necesito un poco más de tiempo. Mientras tanto mezclé 50 gr de flores de lavanda secas con 50 ml de aceite de olivo para preparar un aceite especial. Debe de macerar al sol tres semanas, antes de ser filtrado y guardado en una botellita de vidrio que no deje pasar la luz. Entonces se podrá usar para dar masajes relajantes o tonificantes, según se necesite. Así ando yo también macerándome, esperando. Mientras tanto decidí dejar de tomarme fotos, no quiero mirar la metamorfosis, me da miedo.
y yo no me enteré de este hasta hoy
ResponderEliminarFan lavanda