Que preocupante es no saber a ciencia cierta si uno existe o no. Es más fácil delimitar los límites entre lo imaginario y lo real, que entre lo existente y lo inexistente. Mi amiga Daniela tenía una amiga imaginaria. Su amiga imaginaria no existía, pero no por eso le prodigaba menos cuidados e interés a su amistad que a la mía. Yo no le veía el interés a imaginar otras niñas, había muchas niñas en la escuela y casi todas éramos amigas de Daniela.
Un cuento
Hace 6 años